El pasado 29 de Enero, en el Foro “México ante la Crisis”, Denise Dresser dio un discurso que millones de personas en el país agradecieron. Con voz firme, fuerte, pero sin perder la delicadeza de una voz femenina, con una presencia impresionante, una valentía que pocos se atreverían a mostrar ante diputados, senadores, empresarios y funcionarios.
Sin lugar a dudas, represento la voz que por mucho tiempo se ha estado omitiendo, esa voz que esperaba pacientemente una oportunidad de ser escuchada por aquellos que tienen en sus manos el poder de cambian el rumbo de México, voz que ante la situación de crisis, de inseguridad, de desempleo, solo por mencionar algunos, que actualmente estamos viviendo, no se podía seguir ocultando.
En su discurso plantea muchas de las problemáticas a las que nos enfrentamos todos los días, tratando de incomodar, exhortar o incitar a los presentes a formular alternativas de solución. Discurso que sin lugar a dudas quedara presente en la mente de los asistentes al foro, pero no nada mas en ellos, también en los corazones de millones de mexicanos que guardan las esperanzas de que sea tomado en cuenta y que las condiciones de vida empiecen a cambiar de manera paulatina, si no es mucho pedir.
Solo nos queda esperar, con paciencia, que en realidad el tiempo que les tome en cambiar la situación no será tan relevante, con que lo hagan, la sociedad se dará por bien servida; si hemos esperado tantos años para poder expresar nuestra realidad, que mas da si esperamos un poco mas a que se implementen alternativas de solución.
Quien será aquel o aquella valiente que se atreva a tomar la decisión de actuar con justicia y legalidad, aquel que deje de lado sus intereses políticos y económicos y se ponga a trabajar por su pueblo, por su gente, esa gente que se parte el lomo día con día para darle de comer a sus familias, mientras que otros gozan de los recursos generados por los impuestos que nos cobran en cada movimiento financiero que se realiza por mas pequeño que sea.
Ya es tiempo de ver de manera diferente, de dejar el egoísmo y la avaricia que corroe, que no permite ver mas allá de las necesidades o ambiciones de unos cuantos y actuar como verdaderos mexicanos, si, como esos mexicanos que no dan cabida a la corrupción, que no se venden a ningún precio, que se mantienen firmes en la batalla por ver a su país marchando en una dirección contraria al rumbo que estamos llevando.
Basta ya de estar jugando con el poder, es momento de ponerse las pilas y trabajar. Porque el trabajo honesto es lo único que nos permitirá crear mejores condiciones de vida que merecemos.
Sin lugar a dudas, represento la voz que por mucho tiempo se ha estado omitiendo, esa voz que esperaba pacientemente una oportunidad de ser escuchada por aquellos que tienen en sus manos el poder de cambian el rumbo de México, voz que ante la situación de crisis, de inseguridad, de desempleo, solo por mencionar algunos, que actualmente estamos viviendo, no se podía seguir ocultando.
En su discurso plantea muchas de las problemáticas a las que nos enfrentamos todos los días, tratando de incomodar, exhortar o incitar a los presentes a formular alternativas de solución. Discurso que sin lugar a dudas quedara presente en la mente de los asistentes al foro, pero no nada mas en ellos, también en los corazones de millones de mexicanos que guardan las esperanzas de que sea tomado en cuenta y que las condiciones de vida empiecen a cambiar de manera paulatina, si no es mucho pedir.
Solo nos queda esperar, con paciencia, que en realidad el tiempo que les tome en cambiar la situación no será tan relevante, con que lo hagan, la sociedad se dará por bien servida; si hemos esperado tantos años para poder expresar nuestra realidad, que mas da si esperamos un poco mas a que se implementen alternativas de solución.
Quien será aquel o aquella valiente que se atreva a tomar la decisión de actuar con justicia y legalidad, aquel que deje de lado sus intereses políticos y económicos y se ponga a trabajar por su pueblo, por su gente, esa gente que se parte el lomo día con día para darle de comer a sus familias, mientras que otros gozan de los recursos generados por los impuestos que nos cobran en cada movimiento financiero que se realiza por mas pequeño que sea.
Ya es tiempo de ver de manera diferente, de dejar el egoísmo y la avaricia que corroe, que no permite ver mas allá de las necesidades o ambiciones de unos cuantos y actuar como verdaderos mexicanos, si, como esos mexicanos que no dan cabida a la corrupción, que no se venden a ningún precio, que se mantienen firmes en la batalla por ver a su país marchando en una dirección contraria al rumbo que estamos llevando.
Basta ya de estar jugando con el poder, es momento de ponerse las pilas y trabajar. Porque el trabajo honesto es lo único que nos permitirá crear mejores condiciones de vida que merecemos.
Por Dulce Llamas, estudiante de la lic. Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Sonora.
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